La FINA ha modificado los requisitos para la homologación de los trajes de baño que utilicen los nadadores a partir de los Mundiales de Roma, que se disputarán a partir del 17 de julio próximo.
Los bañadores, cuyo grosor no podrá exceder de un milímetro, no podrán cubrir cuello, hombros y tobillos, tendrán que adaptarse a la forma del cuerpo; no podrá almacenar aire y el efecto de flotabilidad no podrá ser superior a los 100 gramos.
La nueva normativa prohíbe ayudas externas al nadador tales como le reducción del dolor o la electroestimulación.
El debate sobre los nuevos trajes de baño surgió a raíz de los efectos fulgurantes que tuvo la utilización, desde febrero del 2008, de bañadores de alta tecnología como el Speedo LZR Racer, diseñado con la ayuda de la NASA.
Federaciones de países con escasos recursos económicos alegaron que los altos precios de esta indumentaria constituye una ventaja antideportiva para quienes tienen dinero para comprárselos.
"La FINA reafirma su intención de continuar vigilando la evolución del equipamiento deportivo con el principal objetivo de conservar la integridad del deporte. Conviene recordar que la natación es un deporte esencialmente basado en el rendimiento físico del atleta", indica en su comunicado al término de tres días de reuniones.
El uso de dichos bañadores durante los Juegos Olímpicos de Pekín fue considerado en algunos medios como "dopaje tecnológico".
A partir del 2010 la FINA limitará el uso de materiales impermeables en los bañadores y sólo reconocerá los récords mundiales conseguidos con indumentaria homologada, que habrá de ser revisada antes del 2 de noviembre.
La FINA publicará una lista de los modelos aprobados, que serán utilizables en las competiciones a partir del 1 de enero del 2010.
Fuente: Cadena SER
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